DE LA VIRADA DE LA NOCHEVIEJA DE 1860 EN EL RECREO AL AÑO NUEVO

Autor: Hugo Daroca.
Publicado en: Diario "El Argentino"el día 3 de enero de 2016.
 Banco Domingo Garbino




El Recreo Argentino, fundado el 1º de mayo de 1860, realizó la fiesta inaugural en la nochevieja del 31 de diciembre, donde la algarabía y la diversión se prolongaron hasta bien entrada la madrugada del 1º de enero del Año Nuevo. Habían transcurrido ocho meses durante los cuales los jóvenes pipiolos(1) ahorraron el importe de las cuotas sociales para cubrir los gastos que demandaría esta gran celebración a la que invitaron a sus amigos, sin necesidad de acudir a la participación(2) (esta recién comenzó a usarse y se hizo costumbre décadas después).
En España, el 31 de diciembre se festeja de manera muy especial y la celebración se llama nochevieja. Según la costumbre, para tener suerte hay que comer doce uvas, una con cada campanada que puntualmente se escucha desde la iglesia principal del pueblo, a la medianoche de ese día. En Francia, la misma celebración de fin de año se conoce como réveillon, palabra francesa que se usa para describir la cena con la que se despide el año y la fiesta que precede al día del Año Nuevo. Réveillon alude a la fiesta con cena, baile y cotillón de nochevieja (o cena de despedida del año que termina) y a la fiesta que continúa, con todos despiertos, para festejar la llegada del nuevo año. Este término francés deriva de otro: réveil, que significa “despertar”. Por eso, quienes participan de la réveillon deben permanecer despiertos más allá de la medianoche en que comienza el Año Nuevo, al que se recibe con renovadas esperanzas y con gran beneplácito.
Por su parte, se llama virada a la hora del cambio del año viejo al nuevo, que suele provocar en el ánimo de las personas propósitos de modificar actitudes y de lograr nuevas formas de vida, cuando las transformaciones postergadas y los sueños sin cumplir se convierten en propósitos que pretenden concretarse.
La velada del 31 de diciembre de 1860, hubo en el Recreo un encuentro de amigos, quienes habían compartido la experiencia de la fundación del primer club social de la provincia. Su estado de ánimo se mostraba entonces rebosante y predispuesto para los festejos. Entre los fundadores existía una mística: una amistad virtuosa y verdadera, alejada de todo interés o utilidad. El afecto los unía, y el Recreo se convirtió en el templo de esa amistad. Esa era una noche de amigos (así como la Nochebuena es la fiesta de la familia); todos se sentían dispuestos a participar y a lograr que intervinieran los demás. Especialmente se prodigaron en atenciones y agasajos a las damas y ninguna de ellas dejó de ser invitada a bailar y a intervenir en otros entretenimientos.
La comida que se ofreció esa noche en El Recreo fue un excelente ambigú(3) de muy buen gusto, con buenos vinos y variedad de postres, y finalizó con champaña y vinos espumantes que se aprovecharon para hacer numerosos brindis con deseos de paz, felicidad y augurios de un gran futuro para la novel institución.
Fue un éxito la virada de la nochevieja que desde entonces quedó impuesta como una costumbre que se reiteró anualmente. La elección del 31 de diciembre de 1860 para despedir el año “viejo”, para brindar especialmente por la fundación del Recreo y festejar el inicio de sus actividades sociales conjuntamente con el comienzo de un nuevo año, fue todo un acierto.
La réveillon en el Recreo Argentino se convirtió en un acontecimiento social comunitario, en una fiesta muy destacada y apreciada, que se celebraba el último día de cada año, a la que asistía una numerosísima concurrencia. Un encuentro de amigos y de familiares que se reunían para festejar en un clima alegre el fin de un año y el comienzo de otro. La distinción y elegancia se apoderó de la celebración hasta convertirla en una noche de gala para la ciudad. Al hecho de despedir el año y de esperar con alegría el nuevo se sumaron dos aspectos fundamentales: el festejo del aniversario de la inauguración del Recreo Argentino, y la presentación en sociedad de las jóvenes ─las quinceañeras hacían su debut en el arte de la danza).
Esta “presentación importaba también en ellas un cambio: como la nochevieja, dejaban atrás su niñez y cierto aislamiento y comenzaban a disfrutar de la vida social (de allí lo de “presentación”). Comenzaba este momento con el baile de un vals durante el cual las jóvenes estaban acompañadas de algún familiar; luego seguían danzando con distintos conocidos, y de esa forma quedaban incluidas en la vida de relación.
El Recreo nació como una “rebelión” de los jóvenes fundadores ─“mostacillas” como les gustaba llamarse a sí mismos (4) ─ con ansias de educarse para crecer y superarse personalmente. Además, procuraban terminar con los enfrentamientos y las divisiones que habían existido en la ciudad.
En el festejo del cincuentenario del Club, la Junta Directiva resolvió invitar a los fundadores a beber una copa de champaña y a enviar salutaciones a los que se encontraban ausentes. El destacado fundador don Marcelino V. Escalada(5), con fecha 21 de octubre de 1910, al agradecer al presidente del Recreo, don Asisclo T. Méndez, el telegrama que le enviara, le manifestó: “¡Cincuenta años atrás! ¡Vaya! ¿Dónde están aquellos ángeles que hacían la delicia de nosotros, jóvenes, sin más capital que el porvenir?”.
Estos jóvenes tenían una clara visión del futuro que querían para sí y para el club social que iniciaba sus actividades esa noche. El año 1860 marca un gran momento del pasado y también un giro decisivo para el futuro de la condición societaria en la ciudad.


NOTAS
(1) Muy joven, sin experiencia ni fortuna material. Liberal clásico.
(2) Pago de una tarjeta.
(3) Mesa o lugar donde se presentan un conjunto de platos, fríos o calientes, de manera que los comensales puedan escoger y servirse ellos mismos la comida que llevan a su mesa.
(4) El Noticiero, N°. 1704/1705, 5 y 6 de enero de 1891.
(5) Una ciudad enclavada a 150 km de la capital de la provincia de Santa Fe lleva su nombre.