BANCO DOMINGO GARBINO
Por Hugo DarocaPublicado en El Argentino, 13 y 20 de diciembre de 2015 |
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Apertura
El
banco Oxandaburu y Garbino deja de operar a principios de 1871 por los
inconvenientes financieros que se le presentaron, entre ellos, la situación
económica de Juan Oxandaburu, que terminó con su quiebra. Pero Domingo Garbino
no quería dejar el negocio bancario y estaba dispuesto a intentarlo nuevamente.
El 6 de octubre de 1871 presentó un pedido de autorización para establecer un
banco de emisión, depósitos y descuentos en Gualeguaychú, con estatutos
idénticos a los de Oxandaburu y Garbino y a otros de igual clase y categoría
que funcionaban en ese momento en la provincia. En la solicitud peticiona que
los billetes del nuevo banco sean recibidos en pago de derechos fiscales y que si existiera alguna falsificación fuera perseguida de oficio por acción
pública.
El
dictamen del Ministro fiscal dice: “Este ministerio es de opinión que saliendo
estas medidas del círculo de lo puramente administrativo, no es atributivo de
vuestra excelencia exclusivamente tomarlos y que esto sólo debe hacerlo
condicionalmente y con el cargo de dar cuenta a la legislatura así que esta
reabra nuevamente sus sesiones ordinarias para que ella apruebe o desapruebe
los estatutos presentados. Es el dictamen fiscal salvo el más acertado juicio de
vuestra excelencia”.
Con fecha 13 de octubre de 1871, se resuelve conceder
a don Domingo Garbino el permiso que solicita para establecer un banco en la
ciudad de Gualeguaychú con arreglo a los estatutos que acompaña, y no hace
lugar al privilegio que solicita para perseguir de oficio a las falsificaciones
de billetes, por lo que puede ocurrir a la legislatura.
Luego de más de un año de inactividad desde que se le
concediera la autorización y, cuando en la plaza nada se sabía, imprevistamente,
aparece a fines de octubre de 1872 un comunicado anunciando la apertura del
banco: (1)
“BANCO DOMINGO GARBINO”
Se avisa
al público que desde el día 2 de Noviembre quedará abierto este establecimiento
bajo las bases que oportunamente se publicarán.
La emisión
que se pondrá en circulación será por ahora la misma que circulaba bajo la
razón de Oxandaburu y Garbino con un sello de tinta al frente que expresa:
Banco Domingo Garbino.
En el
mismo establecimiento se convertirán las notas de la razón Oxandaburu y Garbino
en liquidación.
Gualeguaychú, Octubre 17 de 1872.
Domingo Garbino
A
partir de esa fecha y desde el viejo domicilio, comienza sus operaciones
bancarias. Mediante algunos avisos comerciales se informa la manera de operar;
(2) llama la atención la tasa de
interés que se cobra por los adelantos en cuenta corriente, que es el doble de
lo que se paga por los depósitos.
El
Banco Domingo Garbino utiliza los billetes editados para el Banco Oxandaburu y
Garbino, y son puestos en circulación. Para distinguirlos, les colocaban al
frente un sello en el que se leía Banco
Domingo Garbino.
En el
mes de noviembre (3) ofrece la realización de las
siguientes operaciones: emisión de billetes al portador y a la vista en moneda
boliviana y fuerte; descuento de pagarés y de letras de plaza; adelantos de
dinero en cuenta corriente según las condiciones generales que establecerán;
recepción y libranza de giros sobre las plazas de Montevideo y Buenos Aires, lo
mismo que sobre todo los puntos principales de esta provincia. Además de
recepción de dinero a plazos e interés convencional y toda operación lícita de
crédito.
Durante
1873 el banco funcionó normalmente, las tasas de intereses fijadas inicialmente
se mantuvieron sin modificaciones. Se reiteró constantemente el mismo aviso, con la fecha original de su aparición. (4) En cambio, en 1874, aumentó la
tasa que se abonaba por los depósitos en cuenta corrientes. (5)
Cambio político y legislativo
El Dr. Ramón Febre asumió la
gobernación de Entre Ríos el 1 de mayo de 1875. De inmediato, y como lo
adelantáramos en el capítulo tercero, promueve medidas financieras
persecutorias de la banca privada. No había transitado un mes de gobierno cuando, el 24 de mayo de 1875, se dicta una ley que autoriza al gobierno la
creación de billetes de tesorería convertibles a la vista, con más ventajas que
las que tenían los billetes de banco, que se convierten en serios competidores
a los que les crea serias dificultades.
Posteriormente, el gobernador Febre, por ley
del 10 de febrero de 1876,
prohíbe a los bancos privados emitir billetes de menos de cinco pesos fuertes y
mientras no se establezca el Banco de la Provincia, y autoriza al Poder
Ejecutivo a emitir billetes del tesoro, de las fracciones menores, por una
cantidad de ochocientos mil pesos fuertes.
Lo arbitrariedad de la ley está en el Art. 2º al
establecer que desde la misma fecha darán principio a la conversión o
sustitución de la emisión que tengan en circulación, desde la fracción más
pequeñas hasta la de cinco pesos bolivianos inclusive, operación que debía
quedar totalmente terminada dentro de 70
días.
El periodismo de esta ciudad critica esta ley y repudia
que el gobierno sea juez y parte de las operaciones bancarias y al mismo tiempo
se arrogue derechos y facultades que les niega a los bancos privados y,
principalmente, que pueda emitir “billetes de tesorería” a los que hace
circular como moneda.(6)
El 20 de mayo de 1876 se crea el Banco de
Entre Ríos, de emisión, descuento, hipoteca y depósito.
La imprevista y repentina desaparición en las operaciones
comerciales de los billetes menores a cinco pesos produjo en la plaza comercial
no solo un decaimiento, sino también la paralización en algunos rubros. El
comercio siguió luchando con grandes esfuerzos contra los efectos de la gran
crisis provocada por el gobierno. (7)
“Entre los bancos cuyas emisiones no eran convertibles a
la vista estaba comprendido el del Sr. Garbino”, que hacía denodados esfuerzos
para cumplir y evitar la bancarrota, pero sus billetes circulaban en plaza con
un pequeño quebranto, (8) cuando otros bancos habían desaparecido.
Días antes el gobierno provincial había dispuesto “que en el término de
cuarenta días, se realice la venta de las haciendas afectadas a la garantía de
la emisión y demás créditos de dicho banco”. (9)
Entendemos que la venta no llegó a realizarse.
Por ley del 17 de mayo de 1877 se ordena liquidar en
provecho de los acreedores, bajo la intervención del poder ejecutivo, todos los
bancos de emisión de la provincia. (10)
De
inmediato, y tal como nos tenían acostumbrados, reaccionan los periodistas
locales (11) y con gran responsabilidad
profesional la califican como “una monstruosa ley”. Esta
ley es sancionada por la legislatura provincial el 17 de mayo de 1877,
promulgada ese mismo día con la firma del gobernador Fabre y refrendada por Manuel
de T. Pintos. Establecía en su primer artículo la liquidación de todas las
sociedades anónimas autorizadas por sus estatutos para emitir billetes
pagaderos al portador y a la vista, así como de las demás casas bancarias que
usasen de igual derecho. Según el capital, la liquidación podía ser realizada
por sus mismos directores o con por la intervención del Poder Ejecutivo.
Mientras no se reglamentara sería hecha a favor de sus acreedores.
A comienzos de 1877, el Banco Garbino se encuentra en
liquidación; había sido nombrado inspector don José Antonio de Urquiza, (sobrino
y yerno del general Urquiza), (12) quien
fuera elegido presidente del Recreo Argentino en la asamblea del 1 de
febrero de 1878.
En
febrero de 1877 se inicia un serio enfrentamiento y una
polémica a través de los periódicos locales. Desde El Telégrafo se publican comentarios y solicitadas muy críticas
contra el Banco Garbino que adquieren un tono muy elevado, hasta podría decirse
injuriosos. En cambio, El Chimborazo lo
defiende en varias notas -algunas suscriptas por el mismo propietario, don
Domingo Garbino- y solicitadas que pretenden justificar el comportamiento
bancario que demora la conversión de sus notas (pagarés, cheques, plazos fijos,
billetes, etc.).
Estos
enfrentamientos adquieren relieve nacional y se comentan en todo el país. Son
muchos los medios de prensa –de otras ciudades– que se refieren al conflicto y
hasta reproducen en forma completa las publicaciones. El Chimborazo (13) informa
a sus lectores que “Los artículos publicados en la sección solicitadas de
este periódico a favor del Banco Garbino, han sido reproducidos en otras
partes. Antes había hecho lo mismo con los publicados en contra. Por lo visto
los interesados en uno u otro sentido no están solamente aquí”.
En un periódico de Gualeguay, (14) leemos en una separata
titulada “Anticipación al Nº 3”, la trascripción de una de las solicitadas cuya
publicación justifican de esta manera: “…creyendo
de oportunidad damos inserción al siguiente ´artículo solicitada’ que trae El
Chimborazo de Gualeguaychú, del 23 del corriente mes. Expresa el periodista:
‘estamos seguros de que los datos que él suministra vendrán a calmar las voces
alarmantes que estos días se han esparcido referentes al Banco Garbino y que el
comercio mejor informado tomará sus medidas para no dejarse engañar por los que
pretenden desprestigiar una casa que tiene dadas sus garantías y por mucho más
de lo que adeuda´” Y a continuación transcribe la solicitada aludida.
Por su parte, un periódico local transcribe (15) lo que comenta La Voz del Pueblo de Uruguay sobre el Banco Garbino: “Avanza con rapidez la liquidación del Banco
Garbino, bajo la inspección inteligente de nuestro amigo D. José Antonio
Urquiza. Lo que Garbino hace en medio de la crisis, honra altamente a este
recto y honorable comerciante”.
Las polémicas alcanzaron tal grado de agresividad que El Telégrafo (16) decide no seguir
publicándolas, lo que anuncia de esta manera: “…extrañarán la falta de
publicación de las solicitadas por el motivo siguiente: ‘queremos que
cese toda polémica hiriente, que a nada conduce y que nada prueba. El que
quiera discutir, hágalo con altura, para eso estarán abiertas las columnas de
este periódico’”.
En otro periódico, (17) un cronista se alegra y
expresa la satisfacción que ha sentido al ver publicado un aviso de don Domingo
Garbino en el que llama a todos los tenedores de billetes de la emisión de su
banco para que sean convertidos al valor que representan. Acertadamente, titula
su comentario Ya escampa, frase que alude al cese de una operación y a
una esperanza de cambio.
En 1878 el Banco Domingo Garbino aún tenía notas en circulación
que no había convertido. Un suelto periodístico, titulado Conversión de
Billetes (18) decía: “Llamamos la atención de nuestros lectores
sobre un aviso que publicamos en la sección respectiva para la conversión de
los billetes del Banco Garbino”. Considera que es una buena noticia para
los tenedores de esos billetes. El aviso aludido se publica ese día, (19) en él se
aclara con énfasis que “Quedando
en circulación una corta cantidad de notas de este establecimiento, y deseando
retirar toda la emisión a bolivianos se avisa a los tenedores de ella, que la
presenten en el término de sesenta días”, lo que pone de manifiesto su contumaz conducta. Todavía en
1878 quedaban notas en circulación que se resistía en convertir, y que son
rechazadas por el Banco Nacional, cuyo gerente era el señor Pastor Méndez
Casariego, (20)
Comportamiento que demuestra la negativa del Banco Garbino a canjear sus
billetes, tal como era su obligación, posición que mantuvo hasta el final, y
que lo lleva al historiador Oscar René Blanc a comentar: “tal vez algunas de esas notas son las que existen actualmente para
adornar las ciencias auxiliares de la historia local. (21)
(1) EL ORDEN, 18 de
diciembre de 1872, año I, Nº 1, Hemeroteca Biblioteca Sarmiento.
(2) EL ORDEN, 18 de diciembre de 1872, año I, Nº 1, Hemeroteca Biblioteca Sarmiento.
(3) EL REPUBLICANO, año I, Nº 94, 13 de noviembre de 1872, p. 4, col. 1.
(4) EL ORDEN, año I, Nº 8, 3 de enero de 1873, p. 4.
(5) EL CHIMBORAZO, año I, Nº 26, 6 de mayo de 1874, p. 4, col. 1.
(6) EL CHIMBORAZO, año III, Nº 192, 27 de mayo de 1876, p. 1, cols. 3 y 4. Hemeroteca Biblioteca
Sarmiento.
(7) LA FRATERNIDAD, año I, Nº 2, 23 de
octubre de 1877, p. 1, col. 1. Hemeroteca Instituto Magnasco.
(8) Ibíd,
(9) LA FRATERNIDAD, año I, Nº 1, 5 de octubre de 1877, Hemeroteca Instituto Magnasco.
(10) REULA,
Filiberto; Historia de Entre Ríos, Santa Fe, Edit Castellví S.A.,
1969, .t. II, p. 91.
(11) EL TELÉGRAFO, año II, Nº 165, 25 de mayo de 1877, P. 1, Col. 2, Hemeroteca Biblioteca
Sarmiento.
(12) EL CHIMBORAZO, año III, Nº 130, 16 de enero de 1877, P. 1, Col. 4. Hemeroteca Biblioteca
Sarmiento.
(13) EL CHIMBORAZO, año III, nº 269, 10 de
marzo de 1877, p. 2, col. 1, Hemeroteca Biblioteca Sarmiento.
(14) EL AVISADOR, Gualeguay, febrero 28 de 1877, “Anticipación al Nº 3.
(15) EL CHIMBORAZO, año II, Nº 130, 16 de
enero de 1877, p. 1, col. 4.
(16) EL TELÉGRAFO, año II, Nº 138, 16 de
febrero de 1877.
(17) LA FRATERNIDAD, año I, Nº 2, 23 de
octubre de 1877, col. 2, Hemeroteca Instituto Magnasco.
(18) LA FRATERNIDAD, año I, Nº 31, 18 de enero
de 1878, p. 2, col. 3, Hemeroteca Instituto Magnasco.
(19) Ibid. P. 3, col. 2.
(20) EL TELÉGRAFO, año III, Nº 317, 21 de
agosto de 1878, p. 3, col. 4, Hemeroteca Biblioteca Sarmiento.
(21) “LA ACTIVIDAD
BANCARIA EN GUALEGUAYCHU HASTA 1891”, monografía presentada en el Departamento
de Historia del Instituto Sedes Sapientiae, Gualeguaychú 1982.Para citar este artículo: Daroca, H. (2015). "Banco Domingo Garbino", en El Argentino, 13 y 20 de diciembre, Gualeguaychú. Disponible en línea: https://hugodaroca.blogspot.com/2015/12/banco-domingo-garbino.html