LA MUERTE DE GARIBALDI. HOMENAJE DE GUALEGUAYCHÚ.
Autor: Hugo Daroca.
Publicado en: Diario "El Argentino" el día 04/05 y 11/05 de 2014.
|
El general José Garibaldi fallece el 2 de junio de 1882, a los 75 años,
en la isla de Caprera ubicada al noreste de Cerdeña. Tuvo una fecunda
vida que lo convirtió en una leyenda en dos continentes.
Se lo consideraba un apóstol de los principios republicanos y un
valiente soldado. Donde existía un pueblo que reclamaba un derecho allí estaba
él para actuar en su defensa y poner su fuerza a disposición del mismo. La
República Oriental del Uruguay le debe denodados sacrificios. Cuando Rosas
sitió Montevideo, Garibaldi formó la heroica legión italiana o garibaldina que
tanto ayudó en las luchas de Cerrito.
La noticia de su fallecimiento llegó a esta ciudad a los pocos días del
hecho. Un sentimiento de hondo pesar se apoderó de la población, donde era muy
apreciado. Un periódico local comentaba: “Nosotros, admiradores de sus
grandes hechos y entusiastas partidarios de su doctrina, curvamos la frente a
impulso de la pena que causa la desaparición eterna del héroe y del patriota".
En los salones de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos se realizó una
reunión con el objeto de honrar su memoria. Concurrieron unas cien personas.
Estuvieron presentes veintidós asociaciones italianas representadas
por sus presidentes, que tomaron las siguientes resoluciones: 1°) Decretar
siete días de duelo en el local de la Sociedad Italiana. 2º) Que el nombre de
Garibaldi, presidente honorario de la sociedad, continuara figurando
perpetuamente en aquel puesto. 3º) Dirigir una carta de pésame a la viuda de
Garibaldi. 4ª) Conmemorar anualmente la triste fecha del fallecimiento del
hombre, en honor del cual se preparaban aquellas manifestaciones.
Seguidamente se aprobaron las siguientes mociones: 1º) Colocar una chapa
metálica en la tumba de Garibaldi. 2º) Depositar solemnemente una corona
fúnebre en el panteón de la sociedad existente en el cementerio de esta ciudad.
3º) Erigir en el local de la sociedad una capilla ardiente donde velarán, por
turno, todas las asociaciones italianas. 4º) Organizar una gran procesión
cívica, al tercer día de erigida la capilla, para llevar la corona al
cementerio y la placa a la legación italiana. 5º) Iniciar las suscripciones
necesarias para cubrir todos los gastos que origine la celebración de lo
resuelto en las mociones anteriores. 6º) Adherirse a toda manifestación que se
haga con carácter cosmopolita. 7º) Pedir al gobierno dé el nombre de Garibaldi
a la plaza pública en la que los italianos le erigirán la estatua.
Honras fúnebres cívicas
Gualeguaychú decidió cumplir con lo que consideraba un deber. La colonia
de italianos y todos los amantes de la libertad resolvieron manifestarse el 16
de julio de 1882 para celebrar honras fúnebres al general José Garibaldi con a
una procesión cívica. La sociedad "Unione y Benevolenza” invitaría a todas
las sociedades para el acontecimiento.
En forma previa convocó a sus socios a una asamblea, con la firma
del presidente, don Amadeo Cantini, y del secretario, Alberto Levis. En ella se
nombra una comisión ad-hoc que queda integrada por Domingo Garbino (presidente), José
Ballesteros (vicepresidente), José Gattoli y Alberto
Levis (secretarios), Horacio Rébori (tesorero) y Amadeo
Cantini, Ángel Fontana, Lázaro Casaretto, Miguel
Canepa, Mario Carabelli, Fortunato Ferrari, José
Ferrando, Huan Crippa y Juan Raffo.
La Logia “Unión y Filantropía Nº 56” también convoca a una reunión con
el mismo motivo y queda nombrada una comisión.
Transcribimos la invitación de la comisión ejecutiva:
La comisión ejecutiva de las honras al general
Garibaldi, invita a todos aquellos que hayan sido compañeros de armas del
héroe, a una reunión que tendrá lugar el miércoles 5 del corriente a las 8 p.m.
en el local de la sociedad italiana, con el objeto de organizar un cuerpo de
garibaldinos para la ceremonia del 16. Gualeguaychú, Julio 1 de 1882. La
comisión.
Procesión
Las actividades para la procesión cívica del 16 de julio siguieron
adelante. El programa fue repartido en la población (ver imagen al final del
artículo). La ceremonia debía ser solemne, estar a la altura del caudillo
militar de la democracia cuyo homenaje se celebrada. La fiesta no solo va a
demostrar que Gualeguaychú sabe venerar a los grandes hombres sino que también
respeta a la colonia italiana establecida entre nosotros.
El reconocido periodista Héctor F. Varela escribió que si la democracia
euro-pea estaba de luto, la república del Plata, por cuya libertad José
Garibaldi derramó sangre generosa, se hallaba en este momento agobiada bajo el
peso inmenso del dolor. Además, destaca que el general Roca, presidente de la
República Argentina, tiene ardiente culto por el héroe legendario y vencedor de
la batalla de San Antonio, la que facilitó el posterior derrocamiento de Rosas.
*********************************************
La nota del domingo pasado estuvo destinada a los preparativos que se
realizaron en la ciudad para honrar al general José Garibaldi, con motivo de su
fallecimiento el 2 de junio de 1882. La de esta semana se refiere concretamente
al acto - homenaje - abierto para toda la comunidad - que tuvo lugar el domingo
16 de julio de ese mismo año.
Antes, una referencia a las invitaciones especiales para las distintas
nacionalidades publicadas en los periódicos, con el fin de que los asistentes
se concentraran a la una de la tarde en la plaza Libertad, para después iniciar
la marcha. Los argentinos fueron convocados media hora antes, en el Café del
Plata, para desde allí asistir juntos al punto acordado; firmaban la nota Ángel
Elías, Belisario Ruiz, P. R. de la Criz, Inocencio Furques, José A. Tudury,
Francisco León, Félix Jurado, Romualdo Borda, Solano Ceballos, Francisco
Marchini, B. Latallada, F. S. León y L. Alarcón. El siguiente es un fragmento
de la convocatoria realizada por el Comité Ejecutivo a los italianos:
“Compatriotas: Conociendo los sentimientos de que estáis poseídos y la
admiración que siempre os causó el héroe, tenemos el íntimo convencimiento que
ninguno de vosotros dejará de ir a rodear el trofeo que sustentará la imagen
augusta”. En cuanto a los franceses, la participación rezaba así: “La sociedad
Unión Francesa invita a todos sus con-nacionales a reunirse hoy a las 12 en
punto en el local de la sociedad para desde allí asistir en corporación a la
ceremonia civil que tendrá lugar en homenaje a la memoria del vencedor de
Dijon”.
La ceremonia del domingo
El día estuvo espléndido. Desde las primeras horas el estampido del
cañón se oyó en forma intermitente. El aspecto que presentaba Gualeguaychú era
extraño, pero a la vez agradable. En muchos edificios las banderas estaban a
media asta; la mayor parte, enlutadas. Grupos numerosos recorrían las calles, y
no faltaba la presencia femenina.
A las doce, una concurrencia importante había afluido a la plaza
Libertad, donde no menos de dos mil personas se hicieron presentes. La llegada
de la sociedad argentina y de la sociedad francesa fue saludada por la banda
garibaldina con los himnos respectivos. Los miembros de Unione y Benevolenza
arribaron al lugar a las trece, encabezados por el Comité Ejecutivo.
A las dos de la tarde, tres disparos de cañón anunciaron que era llegada
la hora de la marcha que se organizó de la siguiente manera:
1º El pabellón italiano, enlutado, conducido por uno de los compañeros
de Garibaldi, de uniforme
2º Compañeros de Garibaldi en sus campañas de Europa y América
3º Banda Garibaldina, con uniformes
4º Grupo de argentinos
5º Sociedad Unión Francesa
6º Sociedad Unión Entrerriana
7º Representantes oficiales, civiles, militares y de la prensa
8º Sociedad Estudiantina
9º Comité Ejecutivo
10º Sociedad Italiana Unione y Benevolenza y ciudadanos italianos.
11º Columna popular.
La gran columna marchó por la calle Chacabuco y, llegada a la 25 de
Mayo, siguió por ella hasta Chile, en la que dobló para tomar Urquiza. En esta
arteria estaba erigido el monumento, adornado con infinidad de banderas y
profusión de flores. Además, a lo largo de una cuadra y media de frente a la
plaza Independencia, en Urquiza se levantaban columnas vestidas de laurel y con
cenefas negras. En la cúspide de estas había un escudo entrelazado con una gran
corona.
Ya en calle Urquiza la concurrencia desfiló frente al monumento donde
fue depositando flores.
Luego tomó la palabra don Ángel Elías en nombre de los argentinos. Su
discurso conmovió a los oyentes porque supo tocar con lengua maestra las fibras
del sentimiento patriótico
También ocuparon la tribuna el joven Ceballos, como presidente de la
sociedad La Estudiantina; Antonio Álvarez, otro joven que representó a la
sociedad Unión Entrerriana; y el señor don Juan Gerike.
El presidente de la sociedad Unione y Benevolenza, señor Cantini, cerró
el acto con unas palabras de agradecimiento hacia los que habían contribuido a
dar verdadera solemnidad a la ceremonia.
El trofeo fue custodiado desde las doce del día hasta entrado el sol,
por los señores Cagnoli - primo hermano del ilustre difunto -, Federico Munilla,
Federico Barelli, Masaldi, Jaeli, Pustela y Caminatt todos llevaban el uniforme
garibaldino.
Asistieron también a las honras en calidad de compañeros del héroe, los
señores coronel Luciano Gómez y el doctor Vergara. Don Enrique Fontana, capitán
de la legión de vascos, organizada en Montevideo a la par que la de los
garibaldinos, concurrió a la ceremonia vestido con el traje y el gorro que
ostentó durante el sitio grande de Montevideo.
Concluida la ceremonia, la Sociedad Unione y Benevolenza acompañanda por
algunas instituciones y por numerosas personas, se retiró a su local. Una vez
allí hicieron uso de la palabra los señores Rébori y Ferrari para dar las
gracias a las personas que habían participado de las honras celebradas. En uno
de los salones se colocó el busto del heroico Garkbaldi que aún se conserva.
El local estaba todo vestido de luto y en su frente ostentaba el
siguiente letrero
En el frente del trofeo se veían escritos los siguientes pensamientos y
fechas:
Garibaldi, braccio di guerriero,
cuore di profeta, él heroe dell
ideale.
A GIUSEPPE GARIBALDI
Su presidente honorario
16
luglio 1882 –